
El 2 de enero de 2005 Katie Flynss, de 7 años de edad, junto con su hermana Grace de 5, participaron en la hermosa boda de su tía Lisa en Long Island, Nueva York. Ambas niñas caminaron hacia el altar en la playa ataviadas en preciosos vestidos y dulces sonrisas, y llevando las arras, mientras que más de 200 invitados eran testigos del suceso.
Luego de una hermosa celebración, los padres de la novia, Christopher y Denise; y la hermana de la novia y su cuñado Jennifer y Neil decidieron regresar a casa, con ellos iban las pequeñas Grace y Katie.

”Recuerdo que miré dentro de la limusina y dije adiós. Ella me dijo adiós con la mano, pero nunca piensas que va a ser la última vez que ves a alguien”, cuenta el novio, David, a CNN.
Camino a casa, su vehículo fue impactado de frente por un conductor alcoholizado. Según reportes de la policía, Martin Heidgen, de 24 años de edad, había tomado al menos 14 bebidas alcohólicas y su nivel de sangre estaba más de tres veces arriba de lo permitido por ley cuando chocó su auto contra la limusina a más de 110 kilómetros por hora.

Stanley Rabinowitz, de 59 años de edad, y quien conducía la limusina, murió al instante.
El oficial de policía fuera de servicio, Michael Lerardi, quien fue el primero en llegar a la escena, la describió como “una explosión”. Enseguida llegó al lugar el tío de la novia, y también policía, Michael Tangney. “Caminada hacia la parte trasera de la limusina cuando un hombre que venía en mi dirección me dijo: ‘No vayas allá atrás, es terrible'”, recuerda Tangney. “Abrí la puerta trasera y descubrí que se trataba de mi familia”.
La escena era desgarradora. Chris, el padre de Jennifer, estaba en el piso con las piernas prensadas y rotas en distintos puntos. Los demás estaba apilados unos sobre otros. El esposo de Jennifer trataba de arrastrarse hacia afuera de la limusina para pedir ayuda aún cuando tenía la espalda rota. Dennise estaba también gravemente herida y Grace se encontraba atrapada en medio de la destrucción.

Jennifer logró liberarse pero no encontraba a Katie por ningún lado. Fue entonces que hizo el terrible descubrimiento, uno que no debería hacer ninguna madre: su pequeña y hermosa hija había sido decapitada por su cinturón de seguridad.
“Entonces, de pronto, la Señora Flynns (Jennifer) salió del vehículo con la cabeza de su hija en sus manos” recuerda el oficial Michael Lerardi.
Los restos de Katie permanecían dentro de la limusina, aún vestía el hermoso vestido de flores que apenas unas horas antes usara en la boda de sus tíos.
Durante más de una hora, Jennifer permaneció sentada a orillas de la carretera con la cabeza de Katie en su regazo mientras observaba como, uno a uno, sus familiares eran liberados de la limusinapor los servicios de emergencia.

Tangney tuvo que decirle a su sobrina que era hora de irse. “Ella, muy lúcidamente, muy tranquila, me dijo que no iría a ningún lado. No iba a dejar a Kate”, dice. “Subí a la ambulancia, y le dije a Jennifer que tendría que entrar ahora porque Grace la necesitaba, y ella dijo que no iba a soltar a Kate. Y le pregunté si me la daría, en ese momento ella le dio la vuelta, le dio un beso de despedida y me la tendió “.
El terrible accidente acabó con la vida de Stanley y de Katie y dejó al resto de la familia severamente lastimada, tanto física como emocionalmente. El conductor del otro vehículo, por su parte, fue acusado de asesinato en segundo grado y condenado a 18 años de prisión.

Jennifer y Neil decidieron compartir su historia con la esperanza de hacer conciencia y salvar vidas. Saben que ningún padre debería pasar por lo mismo que ellos jamás. ”Como creo que nadie debería vivir lo que yo he vivido, creo que es mi responsabilidad contar mi historia”, dice Jennifer.
Tomar y manejar en estado de ebriedad no sólo pone en riesgo tu seguridad, sino también las de los demás. Se consciente de los peligros que conlleva semejante irresponsabilidad y piensa en ti y en los otros.
Comparte esta historia y ayudemos a Jennifer y a Neil a hacer conciencia, con suerte lograremos evitar que otra familia pase por algo tan horrible como lo que ellos pasaron.
